Yria Deva Dry Hopped Dry Mead
From The Edge Of The Deep Green Sea
Cuenta la leyenda que el agua del mar era dulce hasta que Deva se enamoro de un humano. Su amor duro solo una noche y Deva volvió al fondo del mar para cumplir con su deber, pero volvió inundada de tristeza y sus ojos no han dejado de llorar desde entonces y dicen que el agua del mar es desde entonces salina, por las lagrimas de su Diosa.