Celestial Sin Helles
Color dorado con espuma blanquecina cremosa y muy persistente. El aroma, que recuerda a pan y cereal proviene del protagonismo de la malta Munich y el frescor de la levadura con un toque floral proveniente del lúpulo Saaz. El amargor es muy bajo, predominando el sabor a cereal sin llegar a ser dulce. El cuerpo es medio, el final en boca es suave con carbonatación moderada. Perfecta para combinar con ensaladas, salchichas alemanas, sushi, jamón ahumado y quesos suaves no muy grasos.